domingo, 14 de diciembre de 2008

Eso que ves no está

Aquí no nos ve nadie. Somos como pajaritos olvidados que cayeron del nido una noche de viento. Por la mañana nos barrieron con las hojas muertas, las hojas ocres y secas, con el polvo. Había cosas más importantes, como la hermosa materia y la falta de belleza, por encima del encuentro de dos imperfecciones. Había también la distancia y la voz, que ya apenas podíamos oír. Había el miedo a no ser aceptados; tú por mí y yo por ti, y nosotros por nosotros mismos. Y ocurrió, la pérdida del lenguaje, la palabra dejada a un lado por una cháchara sin sentido.
Cuánto de lo que puede pasar tiene que haber pasado para que nos sintamos así de vencidos. Cuánta lluvia debe caer para calar un cuerpo.

Toqué tu silueta para hacerte real.
Pero ya te habías ido.

No hay comentarios: